La alegría es luz. Y la alegría es el principio de un gran peregrinaje que
termina al encontrar a la divinidad. Así que continúa, sin ningún miedo, porque
la existencia protege siempre a los que confían en ella. Relájate, entrégate a
la existencia y permite que la alegría te abrume. Deja que se convierta en tus
alas, de modo que puedas alcanzar las estrellas.
Un corazón alegre está muy cerca de las estrellas.
OSHO.